Desde nuestros principios como empresa familiar, en 1971, nos comprometimos a lograr la excelencia en la calidad de nuestros productos. Teníamos un objetivo claro, que debíamos cumplir todos los días: lograr la satisfacción en cada uno de nuestros clientes. Desde entonces, ese principio rector fue nuestra gran motivación.

Para lograr mantener esta filosofía través de los años, procuramos que cada paso del proceso de elaboración esté sumamente cuidado. Partimos con una exigente selección de proveedores de materia prima y llegamos hasta la presentación final del producto en punto de venta.

Como consecuencia, hoy contamos con una planta certificada bajo las normas de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) y de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP).

A su vez, doblamos nuestros esfuerzos para lograr la certificación de un sistema de gestión de calidad e inocuidad, avalado por GFSI (Global FoodSafety Initiative) que nos permite ofrecer un producto cada vez más seguro para nuestros consumidores.